martes, 25 de enero de 2011

Y ahora, ¿qué esperas?

 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y purifícate de tus pecados, invocando su Nombre'



La vida está llena de caminos que nos alejan de Dios, y sólo uno que nos acerca y nos lleva a Él. 
Muchos de nosotros, hemos transitado varios de esos caminos, cortos, fáciles, pero que siempre terminan en calles sin salida, hasta que a traves de atajos y diversos pasadizos, el Señor te pone nuevamente en Él camino, osea Su Camino.
Claro, cada uno es libre de tomar o no este tren que se llama Jesús y dejarse llevar por el hasta su estación final.  La invitación es tan insistente que, en cada vía distinta a Él que tomamos, por más oscuridad que haya, siempre hay alguien abriendo algunas ventanitas y puertas para que entre algo de Luz, de ese foco potentisimo que es el Señor, y podamos acercarnos a ella.  Para enderezar el camino y para no perdernos.
Ejemplos hay muchos, pero en el Libro de Los Hechos de los Apostoles (22,3-16.), San Pablo resume su vida en términos muy concisos, pero muy potentes, dándonos el mejor ejemplo:
Dice que en "Estricta observancia de las leyes de sus padres", persiguió a muerte a los que iban por el Camino (el Camino era el primer Cristianismo), apresándolos y encadenandolos, a hombres y mujeres.  Pero el Señor se reveló y, con una humildad que me emociona, le pregunta; "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?".  Dios, que tenía un plan para él, no lo increpa, no lo castiga, no, sólo le pregunta ¿Porque me persigues?.  Si miramos nuestra vida, de la misma forma que a Pablo, el Señor nos pregunta a diario; ¿Porque me ofendes?, ¿Porque me maltratas?, ¿Porque me niegas?.  Y la verdad no tenemos respuesta para esas preguntas, al menos no tenemos una respuesta válida.
Pero esto no termina ahi, primero el Señor le da una prueba de Fé a Pablo, lo enceguece, y luego, cuando es sanado, lo interpela:  Y ahora ¿Que esperas?, bautizate y anunciame!.  Lo mismo nos pide todos los días, a quienes buscamos su camino.  Pero Señor: Yo ya estoy bautizado!, Muy bien, pero ahora Jesús nos quiere bautizar en su fuego, para purificarnos y para entregarnos lo necesario para poder anunciarlo.  Como a los Apóstoles que recibieron el Espiritu Santo en forma de Lenguas de Fuego.
Con ello, finalmente, queda claro que ser Cristiano no es fácil, ni tampoco es una tarea tibia.  Jesús nos dice ""He venido a traer fuego a la tierra; y ¿qué otra cosa quiero sino que se abrase?".
Dios nos llama y nos busca, para que cuando lo encontremos, le ayudemos a que otros también le encuentren.  Tarea dura, sobretodo hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario